Copa América 2011 - Día 1: Argentina pagó los erorres de Batista



Sergio Batista falló en su primer gran desafío como técnico de la Selección Argentina. Tenía una oportunidad inmejorable de conquistar a un público argentino que se mostró escéptico en todo momento ante su designación y que lo silbó cada vez que fue nombrado por los altoparlantes. No lo logró. Su fracaso podría haber sido aún más estrepitoso si Marcelo Moreno Martins, a los veinte minutos del segundo tiempo, aprovechaba el mano a mano que Sergio Romero logró desbaratar. Hubiera sido el segundo gol boliviano y la sentencia definitiva de la frustración argentina, que terminó diluyéndose parcialmente gracias a la espectacular volea del Kun Aguero, el héroe que matizó los bruscos errores del técnico argentino.

El primer craso error de Batista fue la descompensada confección de la lista de convocados. Siete delanteros para tres puestos, pocas variantes en un mediocampo repleto de jugadores con características similares (Banega, Gago, Mascherano, Cambiasso y Biglia son, más o menos ofensivos, cincos natos) y defensores con poca continuidad. Enzo Pérez, Diego Valeri y Ricardo Álvarez podrían haberle dado otra dinámica y alternativas muy distintas al mediocampo argentino. Hace tiempo que en la Selección no están los mejores jugadores, sino los que simpatizan con el técnico o con alguna de sus joyas. La ausencia de Nicolás Otamendi, baluarte en el multicampeón Porto de André Villas-Boas, es llamativa ante la presencia de jugadores con muy poca continuidad como Gabriel Milito (quien frente a Bolivia sufrió horrores la soledad de Martins) y Ezequiel Garay.

Sobre el Checho sobrevuela la sombra del ciclo Maradona. Los errores que derivaron en la fatídica eliminación en Ciudad del Cabo frente a Alemania parecen repetirse en la era Batista. El “quiero que mi Selección se parezca al Barcelona” es un axioma perverso que oculta una simple intención, la misma que se ocultaba dentro del más sincero “Messi +10″ de Maradona: esperar y rezar por una intervención divina del mejor jugador del Mundo. La falta de trabajo es notoria, tanto ofensiva como defensivamente.
Messi volvió a sufrir el mismo karma que en Sudáfrica. Para tomar contacto con la pelota tuvo que retroceder hasta mitad de cancha porque, salvo momentos de inspiración de Ever Banega, nunca tuvo nadie que pudiera asistirlo en tres cuartos de cancha. El primer tiempo de la Pulga fue bueno y demostró que, con su indescifrable gambeta en velocidad, es imparable. Pero arrancar desde tan atrás le quita sorpresa y capacidad de definición, además de desgastar su físico. En el segundo tiempo, exhausto, bajó notablemente en su rendimiento.

Otro error de Batista, tal vez el más grave porque es su objetivo primordial y la principal virtud que lo llevó a ser elegido como DT argentino, haya sido no saber como acompañar a la Pulga. Mientras Messi quebraba una y otra vez la resistencia boliviana y llegaba sin fuerzas al área para definir o habilitar con claridad a un compañero, Sergio Aguero (el mejor de la noche por el gol y por la rebeldía que demostró) y Javier Pastore surfrían el frio de la noche platense en el banco de suplentes. El crack del Palermo parece estar relegado al ostracismo: contra Albania, en un partido ante un rival de cuarto o quinto nivel, ni siquiera ingresó y tampocó lo hizo frente a la Selección del Altiplano. El Kun y Pastore, junto a Banega, parecen ser los socios perfectos para acompañar a la desequilibrante joya argentina.

Argentina no debe jugar para Messi. Barcelona, el modelo a imitar según el repetido discurso del DT, no lo hace. Argentina debe jugar con Messi, tener otras alternativas y contar con la Pulga como el distinto que puede aparecer para facilitar la faena.

Imitar al Barca es un riesgo demasiado importante que Batista asumió correr y que, por varias razones, tiene impreso en su destino el sello “fracaso”. Se presume imposible igualar en un lapso tan corto el extenso y laborioso trabajo que durante tantos años han realizado en el conjunto catalán. Lo más preocupante es que ni siquiera se ven señales positivas de que Batista haya logrado implantar el chip Barcelona. Los laterales, fundamentales en la estructura del exitoso Pep Guardiola y desequilibrantes en la faz ofensiva del equipo catalán, no pasan la mitad de la cancha en la Selección.

La inclusión populista de Carlos Tevez dentro del equipo titular no solo demostró el aspecto equívoco de Batista, sino también su falta de coherencia y de convicción. Hace poco más de un mes el Apache no era útil para su esquema. Hoy es insustituible, aún cuando el mediáticamente proclamado “jugador del pueblo” no participa en todo el partido.

La Copa América recién comienza y el camino es largo, aunque si la Selección finalmente termina festejando seguramente será por los arrestos individuales de las estrellas que visten la camiseta albiceleste y no por méritos o virtudes de Batista. Será, sin dudas, pese a sus numerosos errores.

Escrito por Matías Baldo en sábado, julio 02, 2011. Etiquetas , , . Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada mediante el RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta o trackback a esta entrada

2 comentarios for "Copa América 2011 - Día 1: Argentina pagó los erorres de Batista"

  1. Gabo 3:33 PM

    Que fácil que es matar ahora a Batista cuando a Maradona le perdonaron cualquier cosa. Si el camino es largo, hay que esperar si Batista tiene condiciones o no.

  2. Tegin 10:44 PM

    El “quiero que mi Selección se parezca al Barcelona” es un axioma perverso que oculta una simple intención, la misma que se ocultaba dentro del más sincero “Messi +10″ de Maradona

    La frase del Diego no fue "messi+10" sino "Mascherano más 10". Luego la cambió por "Mascherano, Messi y Jonás más 10". Hay una gran diferencia.

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