Pasó el furor. Las camisetas de Los Pumas volverán a su precio pre-Mundial-inflacionario (otro dolor de cabeza para la gestión K), los clubes dejarán de ser un sitio obligado para los móviles televisivos y las tapas de las más prestigiosas revistas retomarán los debates vacíos de contenido pero llenos de siliconas. Pasó el tiempo donde se aprendió que 15 caballeros lloraban ante los primeros acordes del himno, pero no tenían inconvenientes físicos si debían tirarse de cabeza ante rodillas amenazantes y nudillos preparados para la ocasión.
Se terminó. Aunque todavía falte el partido por el tercer puesto y los franceses esperen agazapados una mini-revancha por el honor. Finalizó el Mundial para la selección argentina de rugby. Un certamen que se metió de lleno en la historia del deporte argentino y que potenció a una generación que ingresará en cualquier olimpo nacional.
Pero, ¿fue para tanto?. Sí, definitivamente sí. Solo basta recordar un dato que fue varias veces repetido por los periodistas especializados durante la previa del torneo: en los primeros tres Mundiales, Argentina ganó un partido. Desde 1987 a 1995, el balance arrojaba un éxito ante Italia (1987) y ocho caídas (Fiji, Nueva Zelanda,
Gales, Western Samoa -2-, Australia, Italia e Inglaterra). ¿Se entiende?. El salto de calidad marca una diferencia notable. Ya en 1999 el cimbronazo fue derrotar a Irlanda en octavos de final, aunque luego Francia sería imposible en cuartos. En 2003 no se pudo repetir la perfomance, y dos triunfos y la misma cantidad de derrotas hicieron que no se pueda superar el grupo compartido con Australia, Irlanda, Rumania y Namibia. La magnitud de lo realizado en Francia explica cualquier fría estadística.
Se terminó. Aunque todavía falte el partido por el tercer puesto y los franceses esperen agazapados una mini-revancha por el honor. Finalizó el Mundial para la selección argentina de rugby. Un certamen que se metió de lleno en la historia del deporte argentino y que potenció a una generación que ingresará en cualquier olimpo nacional.
Pero, ¿fue para tanto?. Sí, definitivamente sí. Solo basta recordar un dato que fue varias veces repetido por los periodistas especializados durante la previa del torneo: en los primeros tres Mundiales, Argentina ganó un partido. Desde 1987 a 1995, el balance arrojaba un éxito ante Italia (1987) y ocho caídas (Fiji, Nueva Zelanda,
Gales, Western Samoa -2-, Australia, Italia e Inglaterra). ¿Se entiende?. El salto de calidad marca una diferencia notable. Ya en 1999 el cimbronazo fue derrotar a Irlanda en octavos de final, aunque luego Francia sería imposible en cuartos. En 2003 no se pudo repetir la perfomance, y dos triunfos y la misma cantidad de derrotas hicieron que no se pueda superar el grupo compartido con Australia, Irlanda, Rumania y Namibia. La magnitud de lo realizado en Francia explica cualquier fría estadística.
La derrota ante Sudáfrica será tan solo un pequeño dato cuando las futuras generaciones de rugbiers escuchen con atención el cuento que escribieron los Pichot, Contepomi, Hernández, Corleto, etc. Para el público en general, que no sigue el rugby comúnmente (la gran mayoría, que ni siquiera sigue algún deporte), significará una derrota, pero para ellos será la culminación de un triunfo.
Como sucede siempre cuando un deporte, que no es el fútbol, logra este tipo de hazañas, es muy fácil caer en los lugares comunes al hablar de lo realizado en los últimos días. Que este grupo de jugadores nos dieron una alegría ante tanta malaria, que la dirigencia deportiva aprenderá de sus errores a partir de lo logrado por este plantel, que nadie les tenía fe pero se sobrepusieron ante todo y todos. Puede ser verdad, puede ser mentira, o una mezcla de ambas. Pasa con el basquet, con el volley, con la pelota-paleta (?). Argentina intenta agarrarse de cualquier gesta deportiva para buscar valores, emociones o ejemplos de vida, sin fijar la mirada en que seguramente son grandes deportistas por encima de cualquier cartel que los califique como buenas o malas personas.
Ya llegará la hora de que los-apellidos-aprendidos-de-memoria-gracias-a-Alejandro-Coccia pasen a engrosar la lista encabezada por los Meolans, Milinkovic y demás ídolos momentáneos. Y será el momento de que aquellos que realmente entienden lo que pasó el último mes puedan magnificar lo acontecido en la tierra del buen vino y las películas aburridas.
Igual, pase lo que pase, las semifinales del Mundial de Francia quedarán marcadas a fuego en la historia del rugby argento. "Es lo que soñé desde que tengo noción del rugby, es incomparable (...) Esto es increíble. Argentina no es el culo del mundo allá abajo, que nos respeten". Nada mejor que las palabras de Juan Fernández Lobbe -luego del partido inagural ante Francia-, para graficarlo.
Como sucede siempre cuando un deporte, que no es el fútbol, logra este tipo de hazañas, es muy fácil caer en los lugares comunes al hablar de lo realizado en los últimos días. Que este grupo de jugadores nos dieron una alegría ante tanta malaria, que la dirigencia deportiva aprenderá de sus errores a partir de lo logrado por este plantel, que nadie les tenía fe pero se sobrepusieron ante todo y todos. Puede ser verdad, puede ser mentira, o una mezcla de ambas. Pasa con el basquet, con el volley, con la pelota-paleta (?). Argentina intenta agarrarse de cualquier gesta deportiva para buscar valores, emociones o ejemplos de vida, sin fijar la mirada en que seguramente son grandes deportistas por encima de cualquier cartel que los califique como buenas o malas personas.
Ya llegará la hora de que los-apellidos-aprendidos-de-memoria-gracias-a-Alejandro-Coccia pasen a engrosar la lista encabezada por los Meolans, Milinkovic y demás ídolos momentáneos. Y será el momento de que aquellos que realmente entienden lo que pasó el último mes puedan magnificar lo acontecido en la tierra del buen vino y las películas aburridas.
Igual, pase lo que pase, las semifinales del Mundial de Francia quedarán marcadas a fuego en la historia del rugby argento. "Es lo que soñé desde que tengo noción del rugby, es incomparable (...) Esto es increíble. Argentina no es el culo del mundo allá abajo, que nos respeten". Nada mejor que las palabras de Juan Fernández Lobbe -luego del partido inagural ante Francia-, para graficarlo.
9 comentarios:
Primero carajo! por fin!
vamo los pumas... como decis.. fue un gran momento del deporte nacional y nada mas... despues, todo lo demas, viene por lo que digan estos 15 y no las chanchadas como el articulo de la revitsa noticias.
que parva de amargos...hubieran ganado...es increible como en los deportes que no son futbol se la pasan hablando de casi hazaña, casi titulo, derrota honrosa, etc...
jodamos cuando alguien gane algo la concha de la lora
argentino y exitista
Para el argentino exitista.....
El futbol, potencia mundial cosecha peores resultados que cualquier otra seleccion de menos recursos - Basket, Rugby, Tenis -
(Futbol: cuartos de final, Rugby: semis, Basket: semis, Tenis: Final Davis)
Rugby no tuvo octavos de final, en basket hay muy pocas potencias, y tenis, ahora tenemos a 32 jugadores en el topten no?
son solos pasajes lo de muchos deportes, una camada que sale sabiendo jugar y lleva a ese deporte a, por ese tiempo, ser "grande" es pasajero, mas que nada recordar el volley hace 8 años eramos de los 5 mejores, ahora ni se consigue contrato para la tv.
el futbol, encambio y a pesar de cosechar no muy buenos resultados (Xq en el futbol, para el argentino el unico buen resultado es ganar), logra mantener una impronta, a lo largo de los años, eso es lo que diferencia al futbol argentino de los demas deportes argentinos, que nuestro futbol dura, los otros deportes terminan cayendo
No soy el de exitista aclaro
ya nada me de alegrias deportivas loco, aguante chiaraviglio!!!
para el/los exitistas:
el futbol da de comer a la gran maquinaria de los medios en argentina, encabezados por el multimedio clarin/ole/canal 13 + tyc
sin la bomba q le dan al campeonato local, vendiendo lo invendible, logran generar plata..
lo raro del caso es que cuando algun otro deporte sobresale un poco (tennis, basket, rugby o chiaraviglio) directamente empiezan a dedicar metros de papel que antes tenia el futbol, porque logicamente el futbol no existe, es solo relleno.
a que voy con esto? a que nuestra identidad es con el futbol, asi como es el beisbol en venezuela o eeuu + la nba, ningun otro deporte podra despertar las pasiones y miserias de las personas que habitan el territorio..
lo que si, sera hazaña o casi hazaña, pero el pais se detuvo a ver a los pumas SOLAMENTE por la manija que le dieron los medios, asi como yo me aprendi las reglas del rugby, otros lo hicieron con las del basket cuando fuimos medalla olimpica ganandole a EEUU
creo que argentina esta llena de excelentes deportistas, ninguneados, como siempre.
yo soy pesista (creanlo) y mi deporte no tiene difusión alguna, pero gracias a algunos fenómenos y mentes abiertas como argentino y exitista (tengo un amigo que habla más o menos lo mismo, será el?) que no se comen el cuento del sistema (?) se va a lograr que deportes como el mío tengan difusión, apoyo oficial y reconocimiento.
me retiro indignado, porque nunca vi siquiera un artículo sobre halterofilia en el blog (?)
Tegin
Tegin: todo por culpa de los "problemas personales" de Darío Lecman (?)
el tema es que si bien estos pumas llegaron a semis, este proceso no empezo antes del mundial, tiene como mínimo 15 años, aunque los resultados no hayan acompañado. en esta edicion del mundial un solo jugador era amateur (agulla), en cambio en el 99 (punto de inicio de este ciclo) eran casi todos amateurs... ni hablar del primer mundial en nueva zelanda...
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